Ante tantas verdades a medias y tantas mentiras a medias, uno se pregunta si no existe la manera u organismo que pueda contener la adicción a la mitomanía del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en dos eventos de la mayor relevancia quedó tan expuesto que ninguno de sus colaboradores se ’aventó’ a desmentir a su jefe y tuvo que ser el mismo tabasqueño quien, en su muy característico estilo, trató de justificar su proceder usando en algunas ocasiones citas bíblicas y en otras sus malos chistes, incluso la famosa cita de Benito Juárez, la cual no la supo decir de manera correcta: ’El derecho al respeto ajeno es la paz’.
Vayamos por partes, el 17 de octubre de 2019 se informa de la detención y posterior liberación de Ovidio Guzmán López, ’El Ratón’, hijo del famoso narcotraficante Joaquín ’El Chapo’ Guzmán. Los motivos de la liberación fueron tan variados que se pierden en una maraña de motivos, que van desde que esto se debió a una mala planeación del operativo, que la decisión se tomó para salvaguardar la vida de civiles, que hubo filtración por las redes sociales de la Secretaria de Seguridad Pública pero nunca, hasta hoy después de 9 meses, se asume que fue el propio Presidente quien decidió liberar a Ovidio.
Ahora bien, al ordenar la libertad del narcotraficante y presunto cabecilla del Cártel de Sinaloa, Ovidio Guzmán López, el tabasqueño aparte de cometer un acto reprobable de corrupción, confiesa haber cometido un delito en términos del Artículo 150 del Código Penal Federal que a la letra dice: ’Se aplicarán de seis meses a 9 años de prisión al que favoreciere la evasión de algún detenido, procesado o condenado. Si el detenido o procesado estuviese inculpado por delito o delitos contra la salud, a la persona que favoreciere su evasión, se le impondrán de siete a quince años de prisión, o bien, en tratándose de la evasión de un condenado, se aumentarán hasta veinte años de prisión. Si quien propicie la evasión fuese servidor público, se le incrementará la pena en una tercera parte de las penas señaladas en este artículo, según corresponda. Además será destituido de su empleo y se le inhabilitará para obtener otro durante un periodo de ocho a doce años’.
Será interesante saber si alguna institución tendrá los pantalones de hacer cumplir la ley, como se los mandata el juramento en las tomas de posesión.
Ahora bien, el otro asunto que está mermando la popularidad del Primer Mandatario y de la cual éste manifestó que ’les cayó como anillo al dedo’ y la realidad es muy distinta, porque los está mostrando de cuerpo completo, es la falta de tacto para el manejo de la pandemia que hasta el día de hoy ha quitado la vida a 20,781 personas, 175 mil 202 casos positivos y lo más grave es que en los últimos 14 días se han contagiado 23 mil 517 mexicanos, quienes aún pueden transmitir el virus, según la Secretaría de Salud.
Con un panorama así al Presidente aún se le ocurren chistosadas, como el hecho de montar en un hospital del ISSSTE de Cuernavaca el ’simulacro’ para explicarle cómo se atenderá a un paciente contagiado con Covid-19, y que se cuenta con la tecnología necesaria para que el paciente esté en contacto en todo momento con su familia.
Será que el Primer Mandatario, con los otros datos que siempre dice poseer, piensa que esta pandemia apenas inicia y por eso se puede dar el lujo de presenciar simulacros. El país desmoronándose y usted ni se inmuta.
